¿Descanso? ¿Aventura? ¿Deportes? ¿Naturaleza? ¿Cultura? ¿Gastronomía? ¿Compras? Múltiples interrogantes, una sola respuesta: Juan Dolio. A tan solo una hora de Santo Domingo, en un ambiente tranquilo e inspirador, esta pequeña comunidad fundada en 1884 es uno de los destinos preferidos de los dominicanos cuya prioridad sea escapar del mundanal ruido y del estrés cotidiano.
Otros lugares en República Dominicana le ofrecen al visitante, bien sea un turista, un inversionista o un ciudadano común, lo mismo y con una infraestructura más grande, quizás. También, con mayor repercusión mediática o promoción a través de los medios turísticos. Sin embargo, Juan Dolio garantiza eso y una promesa que muchos otros no pueden cumplir: paz y tranquilidad.
Los 10 kilómetros de playa de arena blanca se transforman en un horizonte ilimitado porque hay más palmeras que visitantes. Es el escenario ideal para reconciliarse con la vida, para sentirse privilegiado por lo que la vida le ofrece, para recargar las baterías antes de regresar a la vida real, para despejar la mente y fortificar el corazón gracias a un contacto íntimo con la naturaleza.
Si el descanso durante las vacaciones o en un fin de semana es tu prioridad, sin duda, Juan Dolio es la mejor opción. Allí, sin embargo, hay mucho más que acostarse en la playa a disfrutar de la brisa, del sol las refrescantes bebidas tropicales. Muy cerca está Guayacanes, pequeño pueblo de pescadores en el que puedes degustar deliciosos platos y conocer la cultura pesquera dominicana.
O puedes ir a Playa Caribe, el paraíso de los surfistas, un lugar donde la vista y la mente se recrean con las enormes y retadoras olas de intenso color azul brillante. El espectáculo de observar a los valientes deportistas es una experiencia que no hay que perderse. O también puedes ir a la vecina La Romana y disfrutar de 18 hoyos de golf en algunos de los campos más hermosos del planeta.
Si lo que prefieres es un contacto más cercano con las verdaderas raíces del dominicano, con su cultura popular, con su riqueza ancestral, debes ir a la vecina San Pedro de Macorís. Este lugar esconde lugares encantadores como el malecón, los chiringuitos para beber una fría cerveza o un ron y atractivos históricos como la Catedral de San Pedro Apóstol o la Cueva de las Maravillas.
Allí no puede faltar la visita al Museo de Historia, que, irónicamente, muchos habitantes de la zona desconocen. Está en el centro de la ciudad, en una vieja casona de madera que hace que el visitante experimente un viaje al pasado. A través de diversas piezas antiguas, como planchas, cajas registradoras o un teléfono, es posible revivir la evolución de la cultura hasta nuestros días.
Con más espíritu aventurero, la Cueva de las Maravillas es un reto a la imaginación. Fue descubierta en 1926 y solo el 30 % está abierta al público. La visita guiada dura entre 30 y 40 minutos, tiempo en el que el visitante vive la experiencia de caminar por este lugar que fue habitado por indios taínos y que está decorado con pictogramas que datan de 4.000 años.
República Dominicana es un lugar privilegiado en el planeta con destinos cargados de historia como Santo Domingo o paraísos para el descanso como Punta Cana. También, con Juan Dolio, una ciudad menos conocida, que ofrece una excelente combinación: modernidad, comodidades, descanso y placer. Ah, y no se puede olvidar, excelentes oportunidades para inversionistas inmobiliarios.
Otra actividad que no se puede dejar de lado es el paseo de compras. Gracias a la tranquilidad que reina en el lugar, el visitante puede caminar plácidamente por las zonas comerciales para disfrutar de los productos más famosos de la zona: café, ron y cigarros, excelentes opciones para regalar. La tarde es la mejor hora, porque su caminata estará acompañada de una puesta de sol ensoñadora.
Y, claro, la abundante y variada oferta gastronómica no podía faltar. Por doquier, Juan Dolio le brinda al visitante tentadoras ofertas no solo de comida internacional, sino de los más deliciosos platillos de la comida de mar o de la tradicional dominicana, siempre acompañados por una fría cerveza o una copa de vino. Ambientes ideales para dejar que fluya el romanticismo.
Juan Dolio tiene las comodidades de la vida moderna que exigen quienes viven en Santo Domingo. Pero también tiene las playas tranquilas y acogedoras que disfrutan los turistas en Punta Cana. Y tiene la infraestructura turística y hotelera de la perla del oriente, más una oferta inmobiliaria variada y, algo muy importante, al alcance de quienes no disponen de un gran presupuesto.
Santo Domingo es una hermosa ciudad, moderna, con historia y una rica cultura. Punta Cana es el paraíso para el descanso, para desconectarse del mundo, para vivir unas vacaciones inolvidables. Juan Dolio es una ciudad moderna, menos grande y menos congestionada que la capital, y un excelente destino para vivir con tranquilidad, inclusive si todavía tienes una vida laboral activa.
Hay quienes piensan que Juan Dolio es el lugar perfecto para la etapa del semirretiro, es decir, para aquellas personas que están en la etapa final de su vida profesional y ya piensan en elegir el lugar donde podrán disfrutar de los placeres de la vida a plenitud, sin restricciones, sin resignar comodidad. La oferta inmobiliaria en esta ciudad es amplia, variada, de calidad y a buen precio.
Para gozar de las comodidades de la vida moderna no hay que sacrificar la tranquilidad en la gran ciudad. Para disfrutar de los placeres de la naturaleza y experimentar el verdadero sentido del descanso no es necesario desplazarse a los grandes centros turísticos. En Juan Dolio eso es posible en un mismo lugar, cerca de lo que deseas, lejos de lo que te incomoda. Es el lugar soñado.
República Dominicana es un abanico ilimitado de opciones para quien incorpora en su agenda de viajes alternativas como descanso, aventura, deportes, naturaleza, cultura, gastronomía y compras. También, para el inversionista. Lo que pocos saben, y pocos disfruta, es que uno de los destinos más completos es Juan Dolio, encantador remanso de paz y tranquilidad.
Fuente: La CostaDR